Sientes que ya nada puede cambiar
sentado en un bar
ves las horas pasar.
Gente distinta
se cruzán una y otra vez
pidiendo cafés, cervezas
o cubátas para ólvidar.
Miradas perdidas
sonrisas permanentes
como un loco anhelando
la líbertad.
Dos amantes en la esquina
se ocúltan en un encuentro fugaz
cinco minutos
entre besos robados
a la oscuridad de la calle
pasiones inhibidas
sentimientos encarcelados
salen al exterior
como la fúria de una tormenta
que se va llevando
todo lo que se encúentra a su alrededor.
Encuentros fugaces en la oscuridad
que no dejan huella
que se pierden en el ólvido
encuentros fugaces
que son como el aire
que necesitamos para respirar.
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